viernes, 31 de mayo de 2013

Medición

Dada la estrecha dependencia entre los efectos biológicos y la longitud de onda, la medida principal de cualquier fuente de RUV es su potencia espectral o la distribución de su irradiancia espectral. Esta debe medirse con un espectrorradiómetro, consti- tuido por un sistema óptico de entrada adecuado, un monocromador y un detector e indicador de RUV. Este tipo de instrumento no es de uso frecuente en higiene industrial.
En muchas situaciones prácticas se utiliza un medidor de RUV de banda ancha para determinar las duraciones de exposi- ción seguras. A efectos de seguridad se puede configurar la respuesta espectral con arreglo a la función espectral utilizada para las directrices de exposición de la ACGIH y de la IRPA. Si no se utilizan instrumentos adecuados, se producirán graves errores en la valoración del riesgo. También existen dosímetros personales de RUV (por ejemplo, película de polisulfona), pero su aplicación se ha limitado en gran parte a la investigación de la seguridad en el trabajo en lugar de a estudios de evaluación de riesgos.

jueves, 30 de mayo de 2013

Protección en el trabajo

La exposición laboral a la RUV debe minimizarse en la medida de lo posible. En lo referente a las fuentes artificiales deberá darse prioridad en lo posible a medidas técnicas tales como filtrado, blindaje y confinamiento. Los controles administrativos, tales como la limitación de acceso, pueden reducir los requisitos de protección individual.
Los trabajadores que actúan a la intemperie, como los obreros agrícolas, peones, trabajadores de la construcción, pescadores, etc. pueden reducir al mínimo su riesgo de exposición a la radiación UV solar utilizando ropa apropiada de tejido tupido y, lo que es más importante, un sombrero con ala para reducir la exposición de la cara y el cuello. Para reducir aún más la exposición pueden aplicarse filtros solares a la piel expuesta. Deben disponer de sombra y se les debe proporcionar todas las medidas protectoras necesarias antes indicadas.
En la industria existen numerosas fuentes que pueden producir lesiones oculares agudas con una exposición breve. Hay diversos protectores oculares con distintos grados de protección apropiados para cada uso. Entre los de uso industrial se encuen- tran los cascos para soldadura (que además ofrecen protección frente a la radiación intensa visible e infrarroja y protegen la cara), las caretas, las gafas de seguridad y las gafas con absorción UV. En general, los protectores oculares para uso industrial deben ajustarse perfectamente a la cara de manera que no haya intersticios por los que la RUV pueda llegar directamente al ojo
y deben estar bien construidos para evitar lesiones físicas.
La idoneidad y selección de los medios de protección ocular dependen de los siguientes puntos:

• la intensidad y las características de la emisión espectral de la fuente de RUV;
• los patrones de comportamiento de las personas situadas cerca de fuentes de RUV (son importantes la distancia y el tiempo de exposición);
• las propiedades de transmisión del material de las gafas protectoras,
• el diseño de la montura de las gafas, para evitar la exposición periférica del ojo a RUV directa no absorbida.

En las situaciones de exposición industrial se puede valorar el riesgo ocular midiendo y comparando los niveles de exposición con los límites recomendados (Duchene, Lakey y Repacholi 1991).

miércoles, 29 de mayo de 2013

Normas de seguridad

Se han establecido límites de exposición profesional LE a RUV que incluyen una curva de espectro de acción que engloba los datos umbral correspondientes a los efectos agudos determinados en estudios sobre dosis mínima de eritema y queratoconjuntivitis
(Sliney 1972; IRPA 1989). Esta curva no difiere sensiblemente de los datos umbral colectivos, aun teniendo en cuenta los errores de medida y las variaciones de respuesta individual, y está muy por debajo de los umbrales cataratogénicos de la UVB.
El límite de exposición a la RUV es mínimo a 270 nm (0,003 J/cm2 a 270 nm) y, por ejemplo, a 308 nm es de
0,12 J/cm2 (ACGIH 1995, IRPA 1988). El riesgo biológico es el mismo tanto si la exposición consiste en unas cuantas exposi- ciones en forma de impulsos a lo largo del día como en una exposición única de muy corta duración o en 8 horas de exposi- ción a algunos microvatios por cm2, y los límites antes indicados se aplican a la jornada de trabajo completa.


martes, 28 de mayo de 2013

Partículas beta (II)

En la desintegración, la captura de un electrón compite con la pérdida de un positrón. En la desintegración con captura de electrón, el núcleo absorbe un electrón orbital y emite un neutrino. Una desintegración típica con captura de electrón viene dada por:
La captura de un electrón es posible siempre que el núcleo resultante tenga una energía total menor que la del núcleo inicial. En cambio, la desintegración con positrón exige que la energía total del átomo inicial sea mayor que la del átomo resultante en más de 1,02 MeV (dos veces la energía másica residual del positrón).

lunes, 27 de mayo de 2013

Partículas beta (I)

El positrón es la antipartícula del electrón. Tiene la misma masa y la mayoría de las demás propiedades del electrón, salvo su carga, cuya magnitud es exactamente la misma que la del electrón, pero de signo positivo.) Los radionucleidos emisores beta pueden ser de peso atómico alto o bajo.
Los radionucleidos que tienen exceso de protones en comparación con nucleidos estables de número másico similar al suyo pueden desintegrarse cuando un protón del núcleo se convierte en neutrón. Cuando así sucede, el núcleo emite un positrón y una partícula extraordinariamente ligera y que muy rara vez interactúa llamada neutrino. (El neutrino y su antipartícula carecen de interés en protección radiológica.) Cuando ha cedido la mayoría de su energía cinética, el positrón termina por colisionar con un electrón, con lo que se aniquilan ambos. La radiación de aniquilación producida es casi siempre la de dos fotones de 0,511 keV (kiloelectronvoltios) que se desplazan en sentidos separados por 180 grados. La desintegración típica con emisión de un positrón se representa por:

donde el positrón está representado por + y el neutrino por . Obsérvese que el nucleido resultante tiene el mismo número másico que el nucleido padre y un número atómico (de protones) menor en una unidad y un número de neutrones mayor en una unidad que los del nucleido original.

domingo, 26 de mayo de 2013

Partículas alfa (II)

Los emisores alfa corrientes emiten partículas alfa con ener- gías cinéticas entre unos 4 y 5,5 MeV. El alcance de estas partículas alfa en el aire no sobrepasa los 5 cm (véase la Figura 48.9). Se necesitan partículas alfa con una energía de 7,5 MeV para penetrar la epidermis (capa protectora de la piel, de 0,07 mm de espesor). Los emisores alfa no plantean por lo general ningún peligro de radiación externa. Sólo son peligrosos si se captan al interior del cuerpo. Como depositan su energía a corta distancia, las partículas alfa constituyen una radiación de alta transferencia lineal de energía (TLE) y tienen un factor de ponderación radiológica elevado, cuyo valor típico es wR = 20.


sábado, 25 de mayo de 2013

Partículas alfa (I)

Una partícula alfa es un conjunto de dos protones y dos neutrones estrechamente unidos. Es idéntica a un núcleo de helio
4 (4He). De hecho, su destino último después de haber perdido la mayoría de su energía cinética es capturar dos electrones y convertirse en un átomo de helio.
Los radionucleidos emisores de partículas alfa son en general núcleos relativamente pesados. Casi todos los emisores alfa tienen números atómicos iguales o superiores al del plomo (82Pb). Cuando un núcleo se desintegra y emite una partícula alfa, su número atómico (el número de protones) y su número de neutrones disminuyen en dos, mientras que su número másico se reduce en cuatro. Por ejemplo, la desintegración alfa del uranio 238 (238U) a torio 234 (234Th) se representa por:



El superíndice de la izquierda es el número másico (número de protones más neutrones), el subíndice de la izquierda es el número atómico (número de protones) y el subíndice de la derecha es el número de neutrones.

viernes, 24 de mayo de 2013

Lista de control de prácticas adecuadas del PCA.


jueves, 23 de mayo de 2013

Formación y motivación

Ni los miembros del equipo PCA ni los trabajadores participarán en la conservación de la audición hasta que comprendan su objetivo, cómo se beneficiarán directamente del programa y que el cumplimiento de los requisitos de seguridad e higiene de la empresa es una condición del empleo. Sin una adecuada formación que motive las acciones individuales, el PCA fracasará (Royster y Royster 1986). Entre otros, deberán tratarse los siguientes temas: la finalidad y los beneficios del PCA, los métodos y los resultados de la evaluación de ruido, el uso y mantenimiento de los tratamientos técnicos de control del ruido para reducir la exposición al mismo, exposiciones a ruidos peligrosos fuera del trabajo, de qué modo daña el ruido al oído, las consecuencias de la pérdida auditiva en la vida diaria, la elección y adaptación de protectores auditivos y la importancia de llevarlos con coherencia, de qué modo se identifican los cambios en la capacidad auditiva por medio de pruebas audiométricas para indicar la necesidad de aumentar la protección y las políticas PCA del empresario. Lo ideal es que se expliquen estos temas a pequeños grupos de trabajadores en reuniones de seguridad, disponiendo de tiempo suficiente para que planteen preguntas. En los PCA eficaces, la fase formativa es un proceso continuo —no sólo una presentación anual— ya que el personal del PCA aprovecha cada día las oportunidades de recordar a los demás cómo conservar su capacidad auditiva.


miércoles, 22 de mayo de 2013

Controles técnicos y administrativos del ruido

Los controles de ruido pueden reducir la exposición de los empleados hasta un nivel seguro, eliminando la necesidad de un programa de conservación de la audición. Los controles técnicos (ver artículo “Técnicas de control del ruido” en este mismo capí- tulo) implican modificar la fuente de ruido (como incorporar silenciadores en toberas de salida de aire), la vía de transmisión (como encerrar el equipo en un recinto insonorizante) o el receptor (como instalar un cerramiento alrededor del puesto del empleado). Normalmente es necesario que el trabajador participe en el diseño de tales modificaciones para que sean prácticas y no dificulten su trabajo. Obviamente, siempre que sea práctico y factible deberá reducirse o eliminarse la exposición del empleado a ruidos peligrosos por medio de controles técnicos.
Entre los controles administrativos del ruido cabe citar la sustitución de equipos anticuados por nuevos modelos más silen- ciosos, el cumplimiento de los programas de mantenimiento de equipos relativos al control del ruido, y la realización de cambios en los planes de trabajo de los empleados para reducir las dosis de ruido limitando el tiempo de exposición cuando resulte prác- tico y técnicamente aconsejable. El trabajo de planificación y diseño para reducir el ruido a niveles no peligrosos a la hora de poner en línea nuevas instalaciones de producción es un control administrativo que también puede eliminar la necesidad de un PCA.

martes, 21 de mayo de 2013

Determinación de la exposición al ruido

Los sonómetros o los dosímetros de ruido personales se utilizan para medir los niveles de ruido en el lugar de trabajo y calcular la exposición de los trabajadores al ruido para determinar si se necesita un PCA; en tal caso, los datos así recogidos permiten establecer políticas apropiadas para proteger a los trabajadores
(Royster, Berger y Royster 1986). Los resultados de la evaluación identifican qué trabajadores (por departamento o puesto de trabajo) serán incluidos en el PCA, en qué áreas deberá exigirse el uso de protectores auditivos y qué protectores auditivos se considerarán adecuados. Es necesario tomar muestras en condiciones de producción representativas para clasificar las exposi- ciones en rangos (menos de 85 dBA, 85-89, 90-94, 95-99 dBA, etc.). La medición de niveles de ruido con factor de ponderación A durante la evaluación general suele identificar las fuentes de ruido dominantes en áreas de la fábrica donde posteriores estu- dios de control técnico del ruido pueden reducir significativa- mente la exposición de los trabajadores.

lunes, 20 de mayo de 2013

Condiciones óptimas de iluminación para el confort y el rendimiento visual

Al investigar las condiciones de iluminación adecuadas para el confort y el rendimiento visual, es apropiado estudiar los factores que afectan a la capacidad de ver los detalles. Pueden subdivi- dirse en dos categorías: las características del observador y las características de la tarea.

domingo, 19 de mayo de 2013

Refracción

En este método se utiliza el efecto “prisma”, por el que un material prismático de vidrio o plástico “curva” los rayos luminosos y, al hacerlo, enfoca la luz de nuevo hacia el punto donde es necesaria. Es un método muy apropiado para la iluminación general de interiores. Tiene la ventaja de combinar un buen control del brillo con una eficacia aceptable. En la Figura 46.25 se muestra la influencia de la refracción en control óptico.
En muchos casos, se utilizará en la luminaria una combinación de los métodos de control óptico aquí descritos.


sábado, 18 de mayo de 2013

Difusión

Si se instala una lámpara dentro de un material translúcido, aumenta el tamaño aparente de la fuente de luz y se obtiene al mismo tiempo una reducción de brillo. Lamentablemente, los difusores prácticos absorben parte de la luz emitida, reduciendo en consecuencia la eficiencia global de la luminaria. El principio de difusión se recoge en la Figura 46.24.


viernes, 17 de mayo de 2013

Reflexión

En este método se utilizan superficies reflectantes, que pueden variar desde un acabado mate hasta un acabado de tipo espe- cular. Es un método de control más eficaz que la obstrucción, ya que se recoge la luz dispersa y se vuelve a enfocar hacia el punto donde es necesaria. El principio de reflexión se ilustra en la Figura 46.23.

jueves, 16 de mayo de 2013

Cálculo de las necesidades de ventilación

En la Figura 45.9 se presentan las ecuaciones utilizadas para calcular las necesidades de ventilación desde el punto de vista del confort y de la protección de la salud.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Eficacia de los sistemas de ventilación

Otro factor importante, que afectará al cálculo de las necesidades de ventilación de un espacio determinado, es la eficacia de la ventilación (Ev), que se define como la relación entre la concentración de contaminantes en el aire extraído y (Ce) y la concentración en la zona de respiración (Cb).
La eficacia de la ventilación depende de la distribución del aire y de la ubicación de las fuentes de contaminación en el espacio en cuestión. Si la mezcla de los contaminantes con el aire es completa, la eficacia de la ventilación será igual a uno; si la calidad del aire en la zona de respiración es mejor que la del aire extraído, entonces la eficacia será mayor que uno y se podrá conseguir la calidad deseada del aire con menores velocidades de ventilación. Por otra parte, será necesario aumentar la ventilación si su eficacia es menor que uno, o para decirlo de otro modo, si la calidad del aire en la zona de respiración es inferior a la calidad del aire extraído.
Para calcular la eficacia de la ventilación, resulta útil dividir los espacios en dos zonas: por una de ellas entra el aire y la otra comprende el resto de la habitación. En los sistemas basados en el principio de mezcla, la zona por la que entra el aire suele estar por encima de la zona de respiración y se alcanzan las mejores condiciones cuando la mezcla es tan completa que ambas zonas se convierten en una. En los sistemas de ventilación basados en el principio de desplazamiento, el aire entra en la zona ocupada por las personas y la zona de extracción suele quedar por encima de las cabezas; en este caso, las mejores condiciones se alcanzan cuando la mezcla entra ambas zonas es mínima.
Por consiguiente, la eficacia de la ventilación depende de la ubicación y las características de los elementos que suministran
y extraen el aire y de la ubicación y las características de las fuentes de contaminación. Además, depende también de la temperatura y de los volúmenes de aire suministrados. Es posible calcular la eficacia de un sistema de ventilación por simulación numérica o realizando mediciones. Si no se dispone de datos, pueden utilizarse los valores de la Figura 45.8 para diferentes sistemas de ventilación. Son valores de referencia que tienen en cuenta la repercusión de la distribución del aire, pero no la ubicación de las fuentes de contaminación, ya que suponen que están uniformemente distribuidas por todo el espacio ventilado.




martes, 14 de mayo de 2013

Calidad del aire exterior

Otra premisa, que ultima los datos necesarios para la creación de normas de ventilación en el futuro, es la calidad del aire exterior. La publicación Air Quality Guidelines for Europe (Directrices de calidad del aire para Europa), editada por la OMS (1987), recoge los valores recomendados de exposición a ciertas sustancias, tanto en espacios interiores como en exteriores.
En la Tabla 45.11 se indican los niveles de calidad percibida del aire exterior, así como las concentraciones de varios conta- minantes químicos típicos presentes en exteriores.
Es conveniente tener en cuenta que, en muchos casos, la calidad del aire exterior puede ser peor que los niveles indicados en la tabla o en las directrices de la OMS. Entonces será preciso depurar el aire antes de introducirlo en los espacios ocupados.


lunes, 13 de mayo de 2013

La carga sensorial

La carga de contaminación que perciben los sentidos surge de las fuentes de contaminación que afectan a la calidad percibida del aire. El valor dado de esta carga sensorial puede calcularse sumando todos los olf de las diferentes fuentes de contaminación existentes en un espacio determinado. Como en el caso anterior, todavía no se dispone de mucha información sobre los olf por metro cuadrado (olf/m2) de muchos materiales. Por esa razón resulta más práctico calcular la carga sensorial de todo el edificio, incluidos los ocupantes, el mobiliario y el sistema de ventilación.
En la Tabla 45.8 se presenta la carga de contaminación en unidades olf creada por los ocupantes del edificio a medida que realizan diferentes tipos de actividades, en función de quienes fuman y quienes no fuman, así como la producción de varios compuestos como el dióxido de carbono (CO2), el monóxido de carbono (CO) y el vapor de agua. En la Tabla 45.9 se presentan varios ejemplos de porcentajes de ocupación típicos en diferentes tipos de espacios. Y por último, en la Tabla 45.10 se exponen los resultados de la carga sensorial —medida en olf por metro cuadrado— presente en diferentes edificios.




domingo, 12 de mayo de 2013

Control de los microorganismos en ambientes de interior (II)

En los sistemas CVAA (Nathanson 1993), debe evitarse la acumulación de agua estancada, por ejemplo, en las bandejas de drenaje o debajo de los serpentines de refrigeración. En los casos en los que los sistemas CVAA contienen mechas o tanques de agua calentados para la humidificación, es necesario limpiarlos y desinfectarlos de forma periódica para limitar el crecimiento microbiano. La humidificación por vapor seco probablemente reduce en gran medida el riesgo de crecimiento microbiano. Los filtros deben sustituirse periódicamente debido a que pueden acumular suciedad y humedad y, por tanto, proporcionar sitios de cultivo para el crecimiento microbiano. Los microorganismos también crecen en el aislamiento acústico poroso utilizado para revestir conductos, si éste se humedece. La solución es aplicar el aislamiento al exterior y no al interior; las superficies internas deben ser lisas y no deben proporcionar un medio ambiente que favorezca el crecimiento. Tales medidas de control generales controlarán el crecimiento de Legionella en sistemas CVAA, pero se han recomendado otras medidas, como la instalación de un filtro de aire particulado de alta eficacia (HEPA) en la entrada de aire (Feeley 1988). Además, los sistemas de agua deben asegurar que el agua se caliente de manera uniforme a 60 C, que no hay áreas en las que se estanque el agua y que ningún accesorio contiene materiales que favorezcan el crecimiento de Legionella.
En los casos en los que las medidas de control han sido insuficientes y se ha producido el crecimiento de moho, es necesario tomar medidas de corrección. Es fundamental eliminar y desechar todos los materiales orgánicos porosos, como alfombras y otros elementos de decoración blandos, tejas y material de aislamiento, en los que exista crecimiento. Las superficies lisas deben lavarse con lejía de hipoclorito sódico o un desinfectante apropiado. No deben utilizarse biocidas que puedan convertirse en aerosoles en los sistemas CVAA.
Durante las medidas de corrección, debe tenerse cuidado siempre de no aerosolizar los microorganismos presentes sobre o en materiales contaminados. En los casos de grandes áreas de crecimiento de mohos (10 metros cuadrados o más) puede ser necesario contener el riesgo potencial, manteniendo una presión negativa en el área de contención durante la corrección y dispo- niendo áreas de bloqueo/descontaminación del aire entre el área de contención y el resto del edificio (Morey 1993a, 1993b; Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York 1993). El polvo presente antes de la eliminación del material contami- nado en contenedores herméticos o generados durante este procedimiento deben recogerse utilizando una aspiradora con un filtro APAE. Durante su trabajo, el personal especialista en corrección debe llevar protección respiratoria APAE facial total y ropa, calzas y guantes protectores desechables (Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York 1993). En los casos de áreas más pequeñas de crecimientos de mohos, puede utilizarse el personal de mantenimiento habitual después de una prepara- ción adecuada. En tales casos, no se considera necesaria la contención, pero el personal debe llevar protección respiratoria completa y guantes. En todos los casos, deberá informarse del peligro a los ocupantes habituales y al personal que va a llevar a cabo la corrección. El personal no debe padecer asma, alergia ni trastornos inmunosupresores (Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York 1993).

sábado, 11 de mayo de 2013

Control de los microorganismos en ambientes de interior (I)

El determinante fundamental del crecimiento microbiano y la producción de células y esporas que pueden convertirse en aero- soles en ambientes de interior es el agua, y el control debe conseguirse reduciendo la posibilidad de humedad en lugar de utilizar biocidas. El control requiere un mantenimiento apropiado y una reparación adecuada del edificio, lo que incluye un secado rápido y la eliminación de las causas de escapes e inundaciones (Morey 1993a). Aunque a menudo se cita el mantenimiento de la humedad relativa de las habitaciones a un nivel inferior al 70 % como medida de control, ésta sólo es eficaz si la temperatura de las paredes y de otras superficies está próxima a la temperatura del aire. En la superficie de las paredes con escaso aislamiento, la temperatura puede estar por debajo del punto de condensación,
por lo que se desarrolla condensación y crecen hongos hidrófilos e incluso bacterias (Flannigan 1993). Una situación similar puede producirse en climas tropicales o subtropicales húmedos en los que la humedad del aire que penetra la cubierta de un edificio con aire acondicionado se condensa en la superficie interna del refrigerador (Morey 1993b). En estos casos, el control depende del diseño y del uso correcto de las barreras de aisla- miento y del vapor. Junto con rigurosas medidas de control de la humedad, los programas de mantenimiento y limpieza deben asegurar la eliminación del polvo y otros productos de desecho que proporcionan nutrientes para el crecimiento y que actúan como reservorios de microorganismos.

viernes, 10 de mayo de 2013

Normas y directrices (II)

Aunque organismos influyentes, como el Comité de Aerosoles Biológicos de la ACGIH, no han establecido directrices numé- ricas, una guía canadiense sobre los edificios de oficinas (Nathanson 1993), basado en unos cinco años de investigación de aproximadamente 50 edificios del gobierno federal con aire acondicionado, incluye algunas orientaciones sobre estos valores.

Entre los principales puntos se encuentran los siguientes:
1. La flora del aire “normal” debe ser cuantitativamente inferior, pero cualitativamente similar, a la del aire atmosférico.
2. La presencia de una o más especies de hongos a niveles significativos en las muestras de aire interior pero no en las muestras del exterior indica la existencia de un cultivo en el interior.
3. Los hongos patógenos como Aspergillus fumigatus, Histoplasma y Cryptococcus no deben estar presentes en cantidades importantes.
4. La persistencia de los mohos tóxicos como Stachybotrys atra y Aspergillus versicolor en una cantidad significativa requiere una investigación y emprender acciones.
5. Un valor superior a 50 unidades de formación de colonias por metro cúbico (UFC/m3) puede ser preocupante si sólo existe una especie (diferente a los hongos comunes de exterior que habitan en las hojas); un valor de hasta 150 CFU/m3 es aceptable si las especies presentes reflejan la flora del exterior; un valor de hasta 500 CFU/m3 es aceptable en verano si los hongos de exterior que habitan en las hojas son el principal componente.
Tales valores numéricos se basan en muestras de aire de cuatro minutos recogidas con un muestreador centrífugo Reuter. Debe destacarse el hecho de que estos valores no pueden trasla- darse a otros procedimientos de muestreo, a otros tipos de edifi- cios o a otras regiones climáticas o geográficas. La norma o lo que es aceptable sólo puede basarse en investigaciones extensas de un tipo de edificios en una región concreta utilizando proce- dimientos bien definidos. No se pueden establecer valores límite umbral para la exposición a los mohos en general ni a una especie en particular.

jueves, 9 de mayo de 2013

Normas y directrices (I)

Aunque algunas organizaciones han clasificado los niveles de contaminación del aire interior y del polvo (Tabla 44.16), debido a los problemas con los muestreadores de aire ha habido una resistencia justificable a definir patrones numéricos o valores normativos. Se ha observado que la carga microbiana de transmisión aérea en los edificios con sistemas de aire acondicio- nado deben ser claramente inferiores a las presentes en el aire atmosférico, mientras que las diferencias entre los edificios con ventilación natural y el aire atmosférico son menores. La ACGIH (1989) recomienda utilizar el orden de rango de las especies de hongos en el aire interior y atmosférico para interpretar los datos del muestreo del aire. La presencia o preponderancia de algunos mohos en el aire interior, pero no en el aire atmosférico, podría ser indicio de un problema en el interior de un edificio. Por ejemplo, la abundancia de mohos hidrófilos como Stachybotrys atra en el aire interior indica casi siempre un lugar muy húmedo de cultivo dentro de un edificio.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Naturaleza del aislamiento proporcionado por la ropa

La transferencia de calor a través de la ropa o, al contrario, el aislamiento que proporcionan las prendas de vestir, depende en gran medida de que el aire quede atrapado en y sobre la ropa. La ropa consiste, como primera aproximación, en cualquier tipo de material que atrape capas de aire. Es una definición aproximada porque algunas de las propiedades de los materiales son importantes, como la construcción mecánica de los tejidos(por ejemplo, resistencia al viento y capacidad de las fibras para soportar tejidos gruesos) y las propiedades intrínsecas de las fibras (por ejemplo, absorción y reflexión de calor radiante, absorción de vapor de agua, transpiración del sudor). Para ambientes no demasiado extremos suelen sobrestimarse las ventajas de algunos tipos de fibras.

martes, 7 de mayo de 2013

INTERCAMBIO DE CALOR A TRAVES DE LA ROPA

Para poder sobrevivir y trabajar en condiciones más calurosas o más frías, debe crearse un clima cálido en la superficie de la piel por medio de la ropa y el calentamiento o enfriamiento artificial. Para poder diseñar las prendas más eficaces para el trabajo a temperaturas extremas, tienen que conocerse los mecanismos de intercambio de calor a través de la ropa.

lunes, 6 de mayo de 2013

Evaluación de ambientes calurosos utilizando las normas ISO (II)

Puede observarse que durante parte del trabajo, los valores WBGT sobrepasan los valores de referencia, por lo que se concluye que es necesario realizar un análisis más detallado.
El método analítico de evaluación que se describe en ISO 7933 se aplicó utilizando los datos que aparecen en la Tabla 42.11 y el programa informático citado en el anexo de la norma. En la Tabla 42.12 se muestran los resultados corres- pondientes a los trabajadores aclimatados en términos de nivel de alarma.
Por consiguiente, una evaluación global permite predecir que los trabajadores no aclimatados, pero con capacidad física para el trabajo, podrían realizar un turno de 8 horas sin sufrir un estrés fisiológico (térmico) inaceptable. Si se precisa una mayor exactitud, o si es necesario evaluar a trabajadores individuales, las normas ISO 8996 e ISO 9920 proporcionan información más detallada sobre la producción de calor metabólico y el aisla- miento de la ropa.
La norma ISO 9886 describe métodos para medir el estrés fisiológico de los trabajadores y puede utilizarse para diseñar y evaluar ambientes de trabajadores específicos. La temperatura cutánea media, la temperatura interna del organismo, la frecuencia cardíaca y la pérdida de masa son relevantes en este ejemplo. ISO CD 12894 proporciona directrices para la supervisión médica de una investigación.

domingo, 5 de mayo de 2013

Evaluación de ambientes calurosos utilizando las normas ISO (I)

El siguiente ejemplo hipotético demuestra como pueden utili- zarse las normas ISO para evaluar un ambiente caluroso (Parsons 1993).

El trabajo en una fábrica siderúrgica se divide en cuatro fases. Los trabajadores se visten y realizan un trabajo ligero durante 1 hora en un ambiente expuesto a calor radiante. Descansan una hora y seguidamente realizan el mismo trabajo ligero durante otra hora protegidos del calor radiante. A conti- nuación, realizan un trabajo que les exige un nivel moderado de actividad física en un ambiente con calor radiante durante
30 minutos.
ISO 7243 proporciona un método sencillo para vigilar el ambiente utilizando el índice WBGT. Si los niveles calculados de WBGT son inferiores a los valores WBGT de referencia indicados en esta norma, no es necesario tomar ninguna medida. Si los sobrepasan (Tabla 42.6), debe reducirse el estrés al que están sometidos los trabajadores mediante controles técnicos y unas prácticas de trabajo adecuadas. Una medida complementaria o alternativa consiste en realizar una evaluación analítica de acuerdo con ISO 7933.
Los valores WBGT para el trabajo que se presentan en la Tabla 42.10 se midieron conforme a las especificaciones indi- cadas en ISO 7243 e ISO 7726. Los factores ambientales y personales relacionados con las cuatro fases del trabajo se presentan en la Tabla 42.11.


sábado, 4 de mayo de 2013

Control de residuos (III)

6. Algunos materiales, como los hidróxidos de potasio, sodio y aluminio reaccionan de forma violenta con el agua o la humedad, y entran en combustión violenta. El polvo de bronce genera un calor considerable en presencia de humedad.
7. El contacto de oxidantes potentes con materiales orgánicos puede iniciar una rápida combustión e incluso una explosión. Los trapos y otros materiales impregnados en aceites vege- tales o terpenos presentan un riesgo de combustión espon- tánea debido a la oxidación de los aceites y la posterior formación de calor hasta alcanzar la temperatura de ignición.
8. Algunas sustancias corrosivas pueden dañar gravemente la piel u otros tejidos vivos o causar la corrosión de materiales de construcción, especialmente metales, debilitando su estructura.
9. Algunas sustancias tóxicas pueden ocasionar el envenena- miento de personas o animales por contacto con la piel, inha- lación o contaminación de los alimentos o el agua. Los efectos pueden desarrollarse a corto o largo plazo. Estas sustancias, si se eliminan por vertido o combustión, pueden contaminar las fuentes de agua o alcanzar a trabajadores o animales.
10. Sustancias tóxicas derramadas durante las operaciones de proceso, transporte (incluidos accidentes), manipulación o almacenamiento y gases tóxicos liberados a la atmósfera pueden afectar al personal de emergencia e incluso a la población. Este peligro es máximo cuando las sustancias derramadas se evaporan a temperatura ambiente, porque los vapores pueden ser transportados por el viento a largas distancias.
11. Algunas sustancias pueden desprender un olor fuerte, picante
o desagradable, bien por sí mismas o al entrar en combustión en el aire libre. En ambos casos, representan un peligro público aunque no sean tóxicas y, si no es posible su reciclaje, deben eliminarse por incineración. Las sustancias con olor no son necesariamente tóxicas; del mismo modo, sustancias sin olor y algunas sustancias con olor agradable pueden producir efectos fisiológicos negativos.
12. Algunas sustancias como los explosivos, los materiales pirotéc- nicos, los peróxidos orgánicos y otros productos químicos son sensibles al calor y al choque y pueden explotar con un efecto devastador si no se manipulan con cuidado o si se mezclan con otras sustancias. Por tanto, habrá que separar cuidadosa- mente estas sustancias y destruirlas con la debida supervisión.
13. Los materiales residuales contaminados con radiactividad pueden ser tan peligrosos como los propios materiales radiac- tivos. Su eliminación requiere un conocimiento especializado. Puede solicitarse información sobre la eliminación de este tipo de residuos a la organización de la energía nuclear de cada país.
Algunos de los métodos utilizados para eliminar residuos industriales y de emergencia son biodegradación, enterramiento, incineración, vertido controlado, capa de mantillo, combustión al aire libre, pirólisis y eliminación a través de un contratista. A continuación se analizan brevemente todos estos métodos.

viernes, 3 de mayo de 2013

Control de residuos (II)

A continuación se resumen las propiedades de los residuos industriales:

1. La mayoría de los residuos industriales son peligrosos y pueden tener efectos inesperados durante su eliminación e incluso posteriormente. En consecuencia, la naturaleza y características de comportamiento de todos los residuos deben examinarse cuidadosamente para evaluar su repercu- sión a corto y largo plazo y determinar el método de eliminación más adecuado.
2. La mezcla de dos residuos aparentemente inocuos en sí mismos puede suponer un peligro inesperado debido a su interacción química o física.
3. En el caso de líquidos inflamables, se deben evaluar los riesgos asociados, teniendo en cuenta su punto de inflama- ción, la temperatura de ignición, el límite de inflamabilidad y la energía de ignición necesaria para iniciar la combustión. En el caso de sólidos, también hay que considerar el tamaño de la partícula.
4. La mayoría de los vapores inflamables son más densos que el aire. Durante su recogida, eliminación, manipulación o trans- porte, pueden liberarse de forma accidental vapores y gases inflamables, y ser trasladados a considerable distancia por el viento. Al entrar en contacto con una fuente de ignición, retornan rápidamente a la fuente. Los derrames importantes de líquidos inflamables son especialmente peligrosos en este sentido y pueden requerir la evacuación de las personas.
5. Los materiales pirofóricos como los alquilos de aluminio, entran en ignición de forma espontánea cuando se les expone al aire. Por esta razón, hay que tener especial cuidado al manipular, transportar, almacenar y eliminar estos mate- riales, realizando estas operaciones preferiblemente en una atmósfera de nitrógeno.

jueves, 2 de mayo de 2013

Control de residuos (I)

La industria genera una gran cantidad de residuos que pueden dar lugar a accidentes durante su manipulación, transporte y almacenamiento. Dependiendo de la industria de la que procedan o de la naturaleza de los materiales implicados, pueden ser inflamables, tóxicos, corrosivos, pirofóricos, químicamente reactivos o radiactivos. En la mayoría de los casos, y salvo que se tomen las medidas pertinentes para eliminarlos de forma ecológica, representan un peligro para la vida de personas y animales, contaminan el entorno y ocasionan incendios o explosiones. Es fundamental, por tanto, conocer en detalle las propiedades físicas y químicas de los materiales residuales y las limitaciones de los distintos métodos de eliminación para garantizar su eficacia económica y su seguridad.


miércoles, 1 de mayo de 2013

Gestión de materiales peligrosos

En la industria, dependiendo de la naturaleza del material peligroso de que se trate, hay que disponer de equipo de protección y agentes especiales de extinción de incendios, así como del equipo de protección necesario para su aplicación.
Todos los trabajadores han de ser formados en las precauciones y procedimientos que deben adoptar en caso de accidente al manejar los distintos materiales peligrosos. También deben conocer el significado de las señales de identificación.
Todos los miembros del equipo contra incendios y los trabajadores deben saber utilizar correctamente la ropa de protección, los equipos de protección para la respiración y las técnicas especiales de lucha contra incendios. El personal debe estar prepa- rado para afrontar cualquier situación de emergencia gracias a simulacros y ejercicios frecuentes, que serán debidamente grabados.
Para hacer frente a riesgos graves para la salud y a los efectos de esos riesgos en los bomberos, es necesaria la presencia de un jefe de servicio médico competente que tome medidas inme- diatas cuando una persona resulte expuesta a una contaminación peligrosa. Todas las personas afectadas deben ser inmediatamente atendidas por el médico.
En caso necesario, se tomarán las medidas pertinentes para disponer un centro de descontaminación en las instalaciones y llevar a cabo procesos de descontaminación correctos bajo supervisión médica.